Esta institución, que tiene el respeto como seña de identidad, siempre se ha caracterizado por la tolerancia y la deportividad hacia los rivales, algo que no ha sido recíproco durante el partido ante Sporting Atlético.
La Copa del Rey es una competición vibrante e ilusionante y entendemos que el apoyo de la afición local debe ser constante, con la presión añadida que ello conlleva. Lo que a todos los efectos convierte al fútbol sala en un deporte tan apasionante.
Pero lo que ha vivido nuestra expedición en el día de hoy supera todos los límites establecidos. Durante el transcurso de la primera mitad, y con 2-2 en el marcador, han comenzado las amenazas y vejaciones contra nuestros jugadores y cuerpo técnico, ante la impunidad de los colegiados, los cuales alegaban que no se ponía en riesgo la condición física de ningún integrante de Sima Granada FS.
No obstante, la peor parte de esta situación ha llegado en el segundo acto, cuando nuestro técnico Rafa Romero ha sido agredido con el lanzamiento de una botella cuando se acercaba a protestar todo lo ocurrido ante la mesa técnica de los colegiados.
En ese preciso momento restaban cuatro minutos para la conclusión del encuentro, y el resultado era de 3-4 favorable al cuadro nazarí. Sima Granada estaba convencido de seguir jugando y terminar el partido, a pesar del riesgo que ello conllevaba, pero finalmente el equipo arbitral ha decidido suspender definitivamente el mismo.
En este momento existen tres escenarios posibles para la resolución de la eliminatoria: el primero de ellos implicaría nuestra vuelta a Ceuta para disputar los cuatro minutos restantes a puerta cerrada; el segundo conllevaría nuestra clasificación a la siguiente ronda de la Copa del Rey, mientras que el tercero supondría la disputa del tiempo restante en pista neutral.
Sima Granada FS acogerá cualquier decisión siempre y cuando se garantice la protección hacia nuestra expedición, valor indispensable en este deporte que tanto amamos.